Descripción
Esta micro-unidad te propone gozar de unas piernas libres, ágiles y capaces de ofrecerte una sensación reconfortante de apoyo y la posibilidad de llevarte hacia donde quieras ir con soltura y confianza.
Las piernas, como dos columnas capaces de ofrecernos sostén y la acción de avanzar. ¿Cómo son estas columnas?: ¿flexibles?, ¿inmóviles? ¿Cómo avanzas en la vida?: ¿fluidamente o con dificultad?
Estas video-sesiones, junto con el resto que forma parte de la Unidad “Redescubriendo mi cuerpo”, te proponen re-conectar con distintas zonas de tu cuerpo para reconocer su forma, su libertad de movimiento o su limitación , sus cualidades particulares y personales, la relación entre ellas y su interacción con el resto de tu cuerpo.
También, descubrir el rol y la función que cumplen en tu día a día y cómo ayudarles a liberar las tensiones que sobran para vivir una viva más cómoda en tu propio cuerpo.
Esta micro-unidad es la segunda de la Unidad “Redescubriendo mi cuerpo”.
Video-sesiones incluidas:
1. Mis pies y mis tobillos
Tus pies, ¿reciben el peso de tu cuerpo? ¿lo transmiten al suelo? ¿Tus tobillos permiten esa libertad a tus pies para poder adaptarse a todo tipo de terreno?
Un buen sostén y adaptabilidad al terreno son dos habilidades de las que podemos disfrutar gracias a nuestros pies y tobillos, cuando éstos se encuentran saludables y con una fluida relación con el resto de nuestro cuerpo. Ambas habilidades, favorecen una sensación de estabilidad y confianza (física y emocional) como respuesta a una percepción interna de buena base.
2. Mis caderas
Unas caderas sueltas nos permiten disfrutar de agradables paseos; también subir y bajar escaleras o sentarnos y levantarnos con mayor facilidad. Dejan espacio a la pelvis y, si la cintura lumbar y las ingles lo permiten, éste encuentra una posición más cómoda favoreciendo una sensación de buena base y sostén.
Caderas libres para lanzarnos a la vida.
3. Mis rodillas
Las rodillas se tensan ante la adversidad. Y cuando no pueden aguantar más esa lucha, flaquean. Parecemos estar ante una dualidad de fuerza y vulnerabilidad. Sin embargo, si la flexibilidad entra en juego, entonces “fuerza” y “vulnerabilidad” dejan de ser polos opuestos.
Sentir la propia vulnerabilidad, ceder nuestra resistencia para tomar contacto con nuestra fuerza interna con la seguridad de sentirnos con una buena base, en un equilibrio que se percibe estable y, a la vez, vivo.