¿Son necesarias las agujetas para ganar fuerza?
- 29/09/2025
- Publicado por: Gretel de Escalada
- Categoría: Movimiento y práctica

Sentirse fuerte es algo que nos da confianza para vivir el día a día: cargar las bolsas de la compra, subir escaleras, movernos sin miedo a hacernos daño. Pero ganar fuerza no tiene por qué ir acompañado de dolor ni de esas agujetas que te dejan dos días sin querer moverte. Hoy quiero hablarte de cómo fortalecer el cuerpo de una forma respetuosa, desde un ejercicio consciente, sin pasar por microlesiones innecesarias, para que tu fuerza sea un apoyo y no una carga.
El mito de que hay que sufrir para ganar fuerza
Nos han enseñado que si no duele, no sirve. Pero el dolor y las agujetas no son señal de un entrenamiento “bueno”; son señal de que el músculo ha sufrido microlesiones y necesita repararse.
Qué son las agujetas y por qué conviene evitarlas
Las agujetas son pequeñas roturas en la fibra muscular. El cuerpo las repara y aprovecha para reforzarse. Este proceso puede ser útil si el objetivo es hipertrofia, es decir, que el músculo se vea más grande y abultado. Pero más volumen no significa más salud.
Un músculo abultado suele ser también un músculo más rígido. Y la rigidez reduce la flexibilidad. El resultado es un cuerpo fuerte en apariencia, pero poco disponible y con más riesgo de lesionarse.
Por eso, si lo que buscamos es fuerza funcional y un cuerpo ágil y flexible, las agujetas no son necesarias. Podemos ganar fuerza de manera progresiva, evitando microlesiones, y mantener al mismo tiempo la vitalidad y un tono muscular saludable.
La diferencia entre entrenar de forma inteligente y sobreentrenar
Entrenar de forma inteligente significa dar al cuerpo el estímulo justo para que mejore, pero sin agotarlo. Sobreentrenar o entrenar “hasta romper” solo alarga el tiempo de recuperación y puede aumentar la rigidez muscular y fascial.
Cómo afecta el exceso de esfuerzo a la elasticidad y recuperación
Si el músculo pasa todo el tiempo reparando microlesiones, puede perder elasticidad y quedarse en un tono más rígido. Entrenar sin llegar a ese punto ayuda a que el músculo siga siendo fuerte, pero también y disponible.
Cómo ganar fuerza sin dolor ni lesiones
Ganar fuerza de manera sana significa dar al cuerpo un estímulo justo, sin forzarlo hasta el punto de generar microlesiones. Hay algunas pautas sencillas que pueden ayudarte:
La importancia del descanso y la recuperación activa
Un músculo sano no es el que está siempre contraído, sino el que sabe activarse cuando hace falta y descansar cuando no. Respetar los momentos de recuperación es tan importante como el trabajo mismo: ahí es cuando el músculo asimila el esfuerzo y vuelve a estar disponible para la próxima vez.
Progresión suave y escucha activa
Conviene empezar siempre con acciones breves, por ejemplo de cinco minutos, y observar cómo responde el cuerpo. Si se siente bien, se puede repetir en el mismo día o aumentar un poco la duración. Si no, es mejor dejar espacio y volver más adelante. A veces el exceso no se nota en el momento, sino horas después: por eso, escuchar al cuerpo durante y después de la práctica es la mejor guía para avanzar en un camino de conciencia corporal.
Las agujetas, señal de exceso
Si después de entrenar aparecen agujetas, no pasa nada grave, pero sí es una señal de que el esfuerzo fue más allá de lo que el cuerpo podía sostener en ese momento. En ese caso, el músculo no solo necesita descansar, sino también reparar microlesiones. Prestar atención a estas señales permite ajustar el ritmo y evitar rigideces innecesarias.
Fuerza y agilidad sin sufrimiento: el equilibrio perfecto
Ganar fuerza no tiene por qué doler ni restar agilidad. Cuando se hace de forma inteligente, la fuerza y la agilidad se combinan para crear un cuerpo disponible, flexible y lleno de vitalidad. Ese equilibrio es también una fuente de bienestar físico y mental. La clave está en avanzar poco a poco, respetar los tiempos y mantener siempre una escucha activa.
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Autora:Gretel de Escalada
